Le teníamos muchas ganas a Islandia, era uno de nuestros viajes pendientes, uno de esos checks pendientes que teníamos en nuestra lista desde hacía mucho tiempo. Así que desde el primer momento que pusimos un pie en Keflavik, dónde está el aeropuerto internacional de Islandia, la emoción nos invadió ya que la ruta empezaba enseguida, el primer día nos íbamos de Keflavik a Hella, ¿te vienes con nosotros?
Empezamos con muchas ganas este viaje y la verdad es que este país nos sorprendió cada día y nos fascinó mucho más de lo que esperábamos, ahora te lo contamos...
Si quieres puedes ver en nuestro perfil de Instagram @cuadernodeaventuras nuestra experiencia en Islandia. Solo tienes que buscarla en las stories permanentes, podrás ver nuestras aventuras a lo largo de este espectacular viaje.
Día 1 de ruta: de Keflavik a Hella
Una vez aterrizados en el aeropuerto Internacional de Reykjavik (que se le llama así, pero en realidad está a unos 80Km de la capital, en una ciudad llamada Kelfavik) fuimos a recoger nuestro coche de alquiler.
Este viaje lo hicimos con los padres de Vic, éramos 4 personas y decidimos alquilar un Toyota Raw4 porque era lo que más se ajustaba a nuestras necesidades. Necesitábamos un coche grande, cómodo para viajar 4 personas y capaz de meterse en cualquiera de los caminos que nos encontráramos en nuestra ruta por Islandia.
Como ya sabrás, y sino ya te avisamos desde aquí, Islandia es un país carísimo y eso hace que haya que planificarlo todo muy bien, como por ejemplo el alojamiento o el alquiler del coche.
El alquiler del coche para 14 días nos salió a 1800€.
¡Welcome to Islandia y sus precios! ?
De todas maneras, debes tener en cuenta que nuestra visita fue en Julio, en plena temporada de verano y los precios literalmente se duplican en comparación a los del resto del año. Eso sí, es la mejor época en cuanto a climatología y horas de luz para poder visitar el país.
Qué ver de camino a Hella
Puente entre continentes (Brú Milli Heimsálfa)
Después de alquilar el coche (nos tuvimos que esperar 2 horas a que nos dieran el modelo que habíamos alquilado, un Toyota Raw4 ya que nos querían dar un Ford Kuga y nos quejamos porque no era lo que habíamos pagado previamente...) pusimos rumbo a Hella con nuestro mapa dónde habíamos marcado las paradas que íbamos a hacer en esta primera jornada.
La primera era una muy especial...
Aunque te parezca una locura, en este punto de la carretera encontrarás un puente que une los continentes de América del Norte o Eurasia, bueno, une sus placas tectónicas. De hecho si volvemos a visitar el puente dentro de 100 años podremos ver como se han movido, seguro.
Estar entre 2 placas tectónicas es bastante alucinante, ¿no crees?
Podrás bajar tranquilamente y pasear por debajo del puente para situarte en medio de las dos placas tectónicas. Yo quiero reconocerte que fue un momento emocionante para mí, nunca me había imaginado que podría hacer algo así ?.
Pequeño incidente con el coche:
Una vez vistas las placas tuvimos un pequeño incidente... Nos dimos cuenta que había una rueda del coche que perdía presión y llamamos enseguida a la compañía de alquiler de coches. Nos dieron la opción de seguir hasta Hella y arreglar allí la rueda pero eran muchos kilómetros y no nos la queríamos jugar ya que queríamos que nuestra primera jornada fuera tranquila y poco estresante, así que optamos por la segunda opción, volver a Keflavik y arreglar allí la rueda.
Si, era un palo pero tampoco estaba tan lejos y al llevar el seguro a todo riesgo contratado nos valía la pena darle uso y olvidarnos de problemas.
Resulta que había un clavo en la rueda (imagino que ya estaba cuando nos dieron el coche) y tuvieron que quitarlo, arreglar el neumático y volver a inflar la rueda.
Las carreteras de Islandia no están mal (al menos en verano) pero hay caminos con mucha gravilla y también hay clavos sueltos (imagino que de las ruedas de invierno, de cuando hay nieve) por lo que no es raro que te pueda pasar algo a lo largo de tu ruta.
A nosotros nos recomendaron ir asegurados a todo riesgo (no la compañía de alquiler, que eso lo hacen todas) y es lo que hicimos, no queríamos imprevistos ni dolores de cabeza y estamos contentos con nuestra decisión.
En muchos otros países no contratamos seguro a todo riesgo para el coche pero Islandia es diferente, con lo caro que es, una reparación te puede costar un riñón y parte del otro ?.
Aguas termales (Gunnuhver)
Volvamos a la ruta, cuando estés visitando el puente entre continentes, si miras hacia adelante, en la dirección en la que está marcada tu ruta y hacia dónde irás. verás unas columnas de humo muy grandes.
Nosotros veíamos las pequeñas chimeneas de una central térmica que sacaban humo, pero justo por detrás se levantaba una columna gigante que nos dejó alucinados, tenía que ser un fenómeno natural. No podía haber una chimenea tan grande en una fábrica… Así que fuimos en busca de ella y efectivamente nos encontramos con estas aguas geotermales.
Éstas no son aptas para el baño, están a más de 100 grados centígrados, lo único que puedes hacer es admirarlas, pero vale mucho la pena. Impresiona bastante ver y oír cómo sale el humo de debajo de la tierra y notar el calor que desprende.
Al fondo de las termas, lejos del camino marcado podrás ver un lago de color turquesa donde se acumulan todas estas aguas que salen en forma de vapor de debajo del suelo y cogen su color de los sulfuros y minerales que llevan.
Para llegar hasta ellas vas a tener que desviarte de la carretera que te lleva a Hella, pero ya podrás aprovechar para ver el siguiente punto.
Faro de Reykjanes y acantilados
Si sigues la carretera por la que te habrás desviado al final del camino encontrarás este faro y unos preciosos acantilados.
El primer parking que encontrarás es el del faro. Vas a tener que dejar el coche y subir andando hasta arriba para ver las vistas del valle y de las aguas termales que acabarás de visitar. Y el lago, desde aquí podrás ver bien el precioso lago de color turquesa.
Cuando te canses baja por el mismo camino, coge el coche y sigue por el sendero marcado. Al fondo, justo donde empiezan los acantilados, podrás dejar el coche. Pasea, escala y observa los pájaros que habitan los acantilados durante un rato. Al fondo, en el horizonte, podrás ver una isla. Nos han dicho que allí habita la mayor colonia de albatros del mundo.
Piscina natural (Brimketill)
Tengo que decirte que como piscina natural puede no ser lo que te esperas. Es decir, se llama piscina natural, porque de forma natural ha quedado un espacio redondo en la roca en el que se acumula agua y parece una piscina, pero no se puede usar, de ningún modo.
Los carteles de la entrada lo advierten porque todos sabemos que siempre hay alguien que se hace el valiente. Pero en esta piscina no, de hecho hasta cuesta un poco distinguirla entre el oleaje, si más no en verano que es cuando nosotros la visitamos.
Cuenta la leyenda que a un Troll le pilló la salida del sol allí mientras se bañaba y se convirtió en piedra. Podrás ver su forma en una de las paredes que rodean a la piscina.
Islandia tiene muchas leyendas con Trolls, Duendes y Hadas, mola que su cultura sea tan fantástica ?.
Río de lava más grande del mundo desde la edad de hielo
De camino a Hella, pasarás por un pueblecito en el que a parte de comer su famosa sopa de langosta, podrás visitar el "end point" (punto final) del río de lava más grande de la historia de nuestro planeta desde la Edad de Hielo.
Flipa, ¿eh?
Sé que suena muy épico y por eso te voy a explicar con lo que te vas a encontrar.
Vas a llegar a una playa, así que tendrás que ponerle tú la imaginación y la música histórica, pero es un trozo de playa bonito y bastante pintoresco.
Lo que realmente verás es un campo enorme de rocas de lava durante todo el camino y finalmente llegarás a esta playa donde finaliza dentro del mar.
Además podrás entretenerte buscando caracolillos. A mi me encanta y estuve un buen rato investigando por la arena.
Y si, te hablábamos antes de la famosísima sopa de langosta... La información de este restaurante dónde podrás comerla está en el último apartado de este artículo.
Dónde alojarse en Hella
Ya te hemos dicho un poco más arriba que alojarse en Islandia es carísimo, pero nosotros hicimos una búsqueda exhaustiva de alojamientos que estuvieran bien y fueran "asequibles para el bolsillo", aquí te dejamos la lista completa de los alojamientos que reservamos en nuestra ruta.
En esta primera jornada, nosotros nos alojamos en Cafe Arhus Hella. Una cabaña en un camping para cuatro personas, con dos literas dentro y baño compartido. El camping no está mal, es muy sencillo y tiene una zona de cocina compartida bastante grande. El baño compartido es una cabaña grande situada frente a la recepción del camping, es un poco pequeño e igual se forman colas a las horas punta, pero no está nada mal y a muy buen precio viendo lo que vale lo demás...
Las toallas se pagan a parte así que te recomendamos llevar una de microfibras que ocupan muy poco. No hay desayuno incluido y si que cuenta con juegos de sábanas y edredones para las camas.
Hay una cocina comunitaria, pero le faltan utensilios de cocina. Nosotros nos cruzamos con un par de parejas que viajaban en furgonetas y nos dejaron una ollita para poder calentar la leche.
En definitiva, un alojamiento que está muy bien, sencillo, asequible y muy práctico.
Aquí llega la primera cena típica (tampoco hicimos muchas, son caras y hay que elegirlas bien ?), la famosísima sopa de langosta islandesa.
Nosotros cenamos en uno de los restaurantes más famosos de la zona, el Fjorubordid. Su plato más típico es la sopa de langosta y estaba riquísima, muy muy muy buena. Si no comes pescado o no te gusta, también tienen carne de cordero que está espectacular.
Los precios por eso son altitos, bastante más que en un restaurante medio español. Tienes que calcular que una cena puede costarte una media de 30€ por persona. Pero vale la pena escoger ciertos días para darte un caprichito y probar la cocina local.
Y hasta aquí nuestra primera jornada de ruta por Islandia que nos llevó desde Keflavik a Hella.
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